Anoche un cuento.

Anoche conté un cuento sin palabras.
Mi cuerpo se cubrió de imagenes, y yo ausente de mí... enmudecí.
Sus brazos me acorralaron, me despojaron, me agraviaron... y caí.

De mis rostros, se descompuso el vital, el del firme humano
de tez de cangrejo y brazo armamental,
el fornido de arrugas traer
y ojo aborrecer,
borrego,
gorjeo.
.
Silueta de hecho, 
regreso al cuerno cazador,
al festejo ciego,
al reflejo sombrío.


(*)..."¡yo no quiero ser como un pañuelo arrugado
tirado en una plaza, y pisoteado por todo el mundo, no quiero ser chato,
quiero tener frente y perfil!"...
La cuerda se destensa, y ya floja, el aire se tienta de espesura, de pantano, de aire espeso y vivo.
Las luces se apagan.

Había una vez...

(*) Extraído de "El vendedor de globos" obra para títeres. 
Foto de taller de títeres de sombra en la escuela rural de La Colina, Pcia. de Bs. As.

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